Construido sobre una escarpada roca de 575 metros de altura al suroeste de la antigua Corinto, el «omnividente guardián de las llaves» del Peloponeso, el impresionante castillo con la fortificada acrópolis de la antigua ciudad medieval.
Sobre una escarpada roca de 575 metros de altura al suroeste de la antigua Corinto se alza el «omnividente guardián de las llaves» del Peloponeso, el impresionante castillo con la fortificada acrópolis de la antigua ciudad medieval. Un monumento de la naturaleza y de las personas que construyeron aquí el fuerte más importante de la región y que lo fueron desarrollando a lo largo de los siglos.
La acrópolis de Acrocorinto es la segunda más antigua de Grecia, después de la de Atenas. El templo de Afrodita en el punto más alto de Acrocorinto es un lugar desde el que las vistas de 360 grados son épicas. Cuando la atmósfera está limpia, puedes ver el golfo de Corintio, el Sarónico, la llanura de Argos, la ciudad de Corinto, el Citerón, Ziria, el Panaqueo, la Grecia central.
Miradas a la historia. La primera fortificación tuvo lugar a finales del siglo VII- VI a.C., durante los años de la tiranía de los Kipselidas. Grandes secciones de los muros clásicos datan del siglo IV a.C. Tras la destrucción de la fortaleza por los romanos en el 146 a.C., Julio César la reconstruyó en el 44 a.C. Obras de reforma se llevaron a cabo durante el siglo VI, en época de Justiniano, y se añadieron algunos elementos en el siglo XII. En 1395 señor del castillo fue Teodoro Paleólogo, que lo vendió a los caballeros de San Juan, caballeros de Rodas. Volvió a su poder en el 1404. En 1458 el sultán Mohamed II conquistó Acrocorinto y en su interior se construyeron cuatro mezquitas. En 1687 llegó a manos de los venecianos que completaron su fortificación en el 1711. En 1715, tras el cerco de Acrocorinto, fue entregada a los turcos que realizaron reparaciones con el objetivo de actualizar la fortaleza según sus conocimientos de técnicas de guerra y armas de fuego.
En 1823, Corinto fue liberada y el bey Abdullah entregó el castillo a los ejércitos griegos.
Qué ver. El castillo es una muestra típica de arquitectura fortificada, con detalles de construcción que evocan su larga historia. Los muros siguen la línea natural de la montaña. Tienen tres líneas defensivas reforzadas con torres, murallas, parapetos y almenas.
Una calle de adoquines lleva a las tres puertas continuas. La primera de las puertas es de arco; la segunda, una impresionante puerta en forma de torre y la tercera se encuentra en el marco conformado por dos torres.
En la tercera serie de murallas se extiende el espacio donde destacan las ruinas del templo de Afrodita del siglo V - IV a.C., una mezquita del siglo XVI, un minarete, un estanque bizantino, la torre de Villehardouin, la fuente de Ano Pirinis, con dos espacios subterráneos con techo abovedado (que los lugareños los llaman «Dragonera»).
En la cima norte de la colina se encuentran las ruinas del ágora de la antigua ciudad de Corinto con construcciones tales como templos, fuentes, el odeion, el teatro, tiendas, la adoquinada calle Lecheo, el impresionante templo de Apolo. Aquí se encuentra también el museo.
La primavera es un periodo ideal para visitar el castillo, puesto que se llena de flores de todos los colores.
Más sobre la historia del castillo.
Sabías que
El perímetro de los muros de Acrocorinto es de unos 3 kilómetros y la visita puede durar hasta 2 horas.
La entrada a Acrocorinto es gratuita. Teléf.: 27410 31266 (08:30-15:30).
Se encuentra a 7 kilómetros de Corinto.
Las excavaciones realizadas en 1926 por la Escuela Americana en la cima más alta de Acrocorinto demostraron su uso continuado desde la antigüedad y hasta principios del siglo XIX.
Fuentes: odysseus.culture, kastra.eu
Historia y mitología
Mitología. Según la mitología, para acabar con la disputa entre el dios Helios y Poseidón, el resto de dioses decidió que el primero de ellos reinara en la roca de Acrocorinto y en la llanura que se extiende por debajo, y el segundo en el istmo. El dios Helios cedió sus derechos a la diosa del amor, a la hermosa Afrodita. Así, fue adorada en Acrocorinto, en un templo que llevaba su nombre. Sísifo, el rey de Éfira (Corinto) según la mitología, llegó a un acuerdo con el río Asopo y, como contraprestación, tomó una fuente de la montaña del Acrocorinto, la fuente Pirini.
Miradas a la historia de Acrocorinto. La primera fortificación tuvo lugar a finales del siglo VII- VI a.C., durante los años de la tiranía de los Kipselidas. Grandes secciones de los muros clásicos datan del siglo IV a.C. Desde el 338 a.C. pasó a manos de los macedonios, a los que expulsó Arato, y la ciudad se convirtió miembro de la Liga Aquea.
En el 146 a.C., el general romano Lucio Mumio Acaico destruyó Corinto y su acrópolis en su conquista de Grecia. Julio César lo reconstruyó en el 6 a.C. Obras de reforma se llevaron a cabo durante el siglo VI, en época de Justiniano, y se añadieron algunos elementos en el siglo XII.
Un acontecimiento que destaca en la historia de Acrocorinnto tiene que ver con León Sgourós, señor de Nauplio y de Argos. Se enfrentó a la conquista de los francos con bastiones los tres castillos del Peloponeso (Akronauplia, Larisa de Argos y Acrocorinto). En el 1208, cercado en Acrocorinto por los francos, se dice que tapó los ojos de su caballo favorito, abrió las puertas de las murallas y cayó junto con él por el precipicio.A falta de suministros, el castillo se entregó a los francos en el 1210.
A mediados del siglo XIII se realizaron intensivas reparaciones en los muros. A principios del siglo XIV el castillo fue entregado al príncipe Juan Gravina y, posteriormente, a N. Acciajuoli, que repararon las antiguas fortificaciones y añadieron nuevas. En el 1395 señor del castillo fue Teodoro Paleólogo, que lo vendió a los caballeros de San Juan, caballeros de Rodas. Volvió a su poder en el 1404. En el 1458 el sultán Mohamed II conquistó Acrocorinto y en su interior se construyeron cuatro mezquitas.
En el 1687 llegó a manos de los venecianos que completaron su fortificación en el 1711. En 1715, tras el cerco de Acrocorinto, fue entregado a los turcos que realizaron reparaciones con el objetivo de actualizar la fortificación según sus conocimientos de técnicas de guerra y armas de fuego.
En 1823, Corinto fue liberada y el bey Abdullah entregó el castillo a los ejércitos griegos.
Fuentes: odysseus.culture, Korinthos.gr, kastra.eu
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