Las palabras son pocas a la hora de describir la belleza y la especial atmósfera de la famosa ciudad fortificada de Bizancio, Monemvasía. La impresionante roca fortificada alberga importantes monumentos entre los que destacan Santa Sofía, la Virgen Chrisafitissa o el Cristro Elkomenos. Los restaurantes, cafeterías, tiendas y alojamientos dentro de la fortaleza reviven este impresionante microcosmos que llegó a ser un importante centro marítimo y comercial en las rutas del Egeo.
Entregada a la luz del sol y a las miradas de admiración de las miles de personas que la visitan. Orgullosa como antaño. Misteriosa. Atemporal. Y si crees que podrás conquistarla, no sucederá. Ella te conquistará a ti, desde el primer momento en que atravieses la pequeña franja de tierra y el puente de 130 metros que la une al continente, la única entrada. De hecho, Monemvasía procede de «moni emvasi», es decir, «única entrada».
Pasarás a través de sus murallas y entonces echarás de menos el pasado. Viajarás en el tiempo y te encontrarás con personas de otras épocas: con francos, bizantinos, venecianos, turcos. Cada uno de tus pasos en la ciudad fortificada fue también su paso. Y cada sueño, cada noche, en el lugar donde te alojas está relacionado con la vida diaria de las personas que la habitaron, la conquistaron, la derribaron, la reconstruyeron y la enriquecieron. Producían y comerciaban con todo el mundo el vino malvazios (malvasía), lucharon, fueron asediados, rezaron en Santa Sofía y en Cristo Elkomenos, vieron desde la fortaleza la luz del día por primera y última vez.
Monemvasía, el «barco de piedra» del poeta Giannis Ritsos - que de aquí procedía -, es un destino inolvidable. Y las impresiones que causa quedan en la memoria para siempre.
Toda la región de la antigua Monemvasía, puentes y rocas, han sido declaradas espacio arqueológico. La península de Monemvasiá se caracteriza por su excepcional belleza natural y como lugar histórico.
La historia de esta fantástica ciudad estuvo determinada a lo largo de los siglos por diferentes factores: su ubicación estratégica en las rutas marítimas; su flota, que dominaba los conocidos puertos del Mediterráneo y del Mar Negro; sus habitantes, destacados comerciantes e intelectuales; la iglesia local, que mostró importantes personalidades y, por supuesto, los privilegios que obtuvo gracias a las bulas de oro.
La población que hoy puede observar, mayormente deshabitada, está compuesta por Pano Poli - con ruinas de muchos edificios bizantinos y postbizantinos - y Kato Poli. Está rodeada de una muralla defensiva en forma de letra «pi», con dos puertas al este y al oeste y una pequeña salida al mar, el Portelo, que se encuentra en medio de la muralla marítima. Fue utilizada para los intercambios de mercancías y había allí una plataforma desde la que comenzaba el camino que pasaba por el mercado y después llegaba hasta Pano Poli. Aquí podrá disfrutar de un baño y de las frescas aguas del Egeo.
LA KATO POLI Y SUS IGLESIAS
En Kato Poli se concentran las tiendas, restaurantes, cafeterías y alojamientos. De los 24 templos que existieron antiguamente, hoy se conservan solo 40. Presentan elementos bizantinos y fueron sometidos a intervenciones durante el segundo periodo veneciano. Todos eran abovedados, construidos con toba y pocas veces tenían cúpula.
Como podrá ver al pasear por la ciudad, sus callejuelas pasan por debajo de bóvedas, las llamadas «calles abovedadas». Los habitantes de la ciudad medieval debieron encontrar soluciones urbanísticas dado el espacio limitado con el que contaban entre la muralla de abajo, cuyo límite era el mar, y la roca que se alza en la muralla superior. Así, muchos conjuntos de casas se construyeron sobre calles abovedadas a través de las cuales las personas podían pasar de un lado a otro.
Las antiguas casas fueron construidas con toba y piedra negra. Normalmente eran de tres plantas, con tejado de madera a dos o tres aguas. Puesto que no había agua en la roca donde fue construida la pequeña ciudad, se caracterizan por las cisternas donde almacenaban el agua de lluvia mediante una compleja construcción de conductos conectados al tejado.
La calle principal de Kato Poli es la calle del ágora («forum») donde hay cafeterías, tiendas y tabernas. Lleva a la plaza principal donde se encuentra un antiguo cañón y la iglesia de Cristo Elkomenos, el templo más antiguo de Monemvasía. Debió de construirse en el siglo VI, cuando los espartanos se instalaron aquí. Fue reconstruido en el primer periodo veneciano y se mantuvo en uso durante el periodo otomano. En el segundo periodo veneciano se realizaron muchas más obras, aunque sufrieron importantes daños durante la revuelta de Orlov (1770). Fue reparado en 1821. La historia de la Crucifixión (siglo XIV) es importante, puesto que es uno de los iconos bizantinos más importantes, y ha vivido bastantes aventuras: Fue robado en el siglo XIV y posteriormente fue encontrado. Luego, fue expuesto durante años en el Museo Bizantino de Atenas y desde 2011 ha vuelto a la iglesia del Cristo Elkomenos.
La iglesia de Panayia Chrisafitissa se encuentra en el bastión que ha tomado su nombre. Es un templo abovedado octagonal, construido en el primer periodo otomano. Su fundación está relacionada con el traslado del icono de la Virgen desde Chrisafa Lacedemonio. El icono fue encontrado en el pozo que se encuentra en la zona sur del templo, donde se construyó la capilla de la Evresis («hallazgo»). Al norte se extienden las instalaciones llamadas «Keliá» («celdas»), que inicialmente pertenecieron al conjunto monasterial.
Otros templos importantes en Kato Poli es el de la Virgen Cretense (o Mirtidiotissa), una basílica de solo una nave con cúpula construida cerca del 1700, y San Nicolás (Ayios Nikolaos), una basílica de tres naves con cúpula de 1703. Hay, además, otros templos más pequeños como el de San Andrés (Ayios Andreas), Santa Ana (Ayia Anna) del segundo periodo veneciano (1690-1720), San Demetrio (Ayios Dimitrios), y otros.
PANO POLI Y LA FAMOSA SANTA SOFÍA
La única entrada a Pano Poli se encuentra en la zona sur de la muralla, al final del sinuoso camino que sube hacia Kato Poli, el llamado «voltes». La estrecha puerta lleva al interior de un pasillo abovedado en una pequeña explanada, al norte del cual se encontraba la vivienda del administrador veneciano de la ciudad, Sebastiano Renieri (1514).
El gran templo de Santa Sofía en Pano Poli fue construido hacia el 1150. Para muchos es una copia de la Santa Sofía de Constantinopla y es una increíble construcción, la única que se conserva completa en Ano Poli. Es de las pocas naves octagonales conservadas en Grecia, y los investigadores la relacionan con el monasterio de Odigitria. En 1540, época en que los turcos conquistaron la fortaleza, los cristianos fueron expulsados de Pano Poli y sus iglesias fueron abandonadas y, con el tiempo, se derrumbaron. Santa Sofía se convirtió en mezquita, razón por la cual se salvó. Cuando los venecianos llegaron en el 1690, volvió a ser una iglesia - esta vez católica -, y cuando los turcos se instalaron por segunda vez en Pano Poli, la utilizaron de nuevo como mezquita. Las intervenciones de los conquistadores son obvias en sus paredes y decoraciones. En el templo destacan las esculturas de mármol y los excepcionales frescos del siglo XVII.
Pano Poli fue una población importante, como demuestran su considerable extensión y las ruinas de estructuras bizantinas y postbizantinas.
En Goula se han conservados grifos, unos baños del periodo otomano y tres cisternas abiertas necesarias para la supervivencia de habitantes y soldados en periodos de asedio o sequía.
En el punto más alto de la roca se alza la acrópolis, una estructura cuadrangular con torres en los extremos. Las vistas desde allí cortan la respiración.
(Fuentes/ textos: kastra.eu, odysseus.culture.gr).
Más sobre la historia del Monemvasía.
La colección arqueológica de Monemvasía
Se alberga en un edificio protegido que presenta diversas fases de construcción: fue construido como mezquita en el periodo otomano (siglo XVI), fue reconvertido en edificio público durante el segundo periodo veneciano (1690-1713) y funcionó como cárcel y cafetería tras la independencia de Grecia. La exposición permanente está organizada de modo que presente los hallazgos arqueológicos que han surgido de las investigaciones en las excavaciones así como reflexiones. Constituyen testimonios históricos de la actividad humana y de la vida artística que se desarrolló aquí desde la época paleocristiana y hasta el periodo de la turcocracia temprana. Demuestran, asimismo, la conexión comercial y cultural de Monemvasía con otras regiones.
Sabías que
En la ciudad fortificada no pueden circular vehículos. El aparcamiento se encuentra cerca de la puerta del castillo y normalmente está lleno de coches. Es preferible llegar en el autobús que sale desde Nea Monemvasía.
Hay espacios de alojamiento dentro y fuera de la fortaleza
Durante el verano, el calor en Monemvasía es intenso. Si quiere disfrutar realmente de su visita, escoja otras estaciones del año.
Los monumentos
Uno de los destinos más hermosos de Grecia es Monemvasia, que encanta con su atmósfera de misterio, su historia y su arquitectura. De los 40 templos que existieron antiguamente, hoy se conservan solo 24. Entre ellos, destacan los de Santa Sofía (Ayía Sofía), la Virgen Chrisafitissa y el Elkomenos Christos.
La han llamado de muchas formas: el «Gibraltar de Oriente», el «castillo supernebuloso» de Morea, «la ciudad célebre» de Andrónico II, «la ciudad salvada por Dios» de Paleólogo de Mistrá, el «Menexé Kalesí» (en turco «castillo de las flores») de los turcos.
Toda la región de la antigua Movemvasiá, puentes y rocas, han sido declaradas yacimiento arqueológico. La península de Monemvasiá se caracteriza por su excepcional belleza natural y como lugar histórico.
A lo largo de su historia, Monemvasia ha sido la manzana de la discordia entre diversos pueblos conquistadores que, siendo conscientes de su importancia geopolítica, intentaron establecer su predominio. Su destino fue paralelo a la esfera de influencia de las grandes potencias que en cada momento dominaban: los francos, los venecianos, los bizantinos, los turcos. En el momento de su mayor apogeo, Monemvasiá fue un importante punto de conexión naval y comercial para las rutas marítimas del Egeo. Su vino, que destacó en el comercio durante siglos, el famoso vino malvazio, se inició en esta ciudad castillo.
La primera construcción en Monemvasia, según las fuentes, fue realizada en el siglo VI por habitantes de la región de Esparta que encontraron seguridad en la brusca roca y adquirieron privilegios en la época del emperador Mauricio. La ciudad se creó en la cima de la roca, en Goulá, y posteriormente se expandió hacia la zona más baja. Su ubicación estratégica la convirtió en centro y puerto comercial, aunque los piratas atacaron a sus habitantes desde el siglo XI.
La sumisión a los francos se llevó a cabo con la ayuda de Venecia tras 3 años de asedio. Mantuvieron la ciudad en su poder durante 13 años y, posteriormente, Guillermo de Villehardouin negoció y entregó la ciudad a Miguel VIII Paleólogo. En 1463 pasó al dominio de Venecia hasta 1540, cuando fue entregada a los turcos junto con Nafplio. En 1666, Evligia Tselepí describió las casas como «dignas de un rey», mas cuando se entregó de nuevo a los venecianos en 1690, la ciudad alta estaba ya deshabitada. Los turcos volvieron a tomarla, y la mantuvieron hasta 1821. Fue la primera ciudad fortificada del Peloponeso en ser liberada.
(Más información histórica en la página web del Ayuntamiento de Monemvasia)
Más información sobre los monumentos de Monemvasia.
Encuentre el destino en el mapa interactivo.
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