Paleokastro (o Paliokastro), en Pilos

Los intentos de rehabilitación de la cima de la roca donde se encuentra construida la fortaleza franca de Paliokastro (o Paleokastro) se verán recompensados de forma única: las vistas hacia los cuatro puntos cardinales. Jugó un papel muy importante en la zona durante el siglo XIII y hasta principios del XIX.

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Los intentos de rehabilitación de la cima de la roca donde se encuentra construido el castillo de Paliokastro (o Paleokastro) se verán recompensados de forma única: las vistas hacia los cuatro puntos cardinales. Al oeste puede verse el mar Jonio; el norte, el semicírculo de la bahía de Voidokoilia; al este, la laguna de Gialova; al sureste, el golfo de Navarino con Pilos y, al sur, Sfaktiria. 

Paleokastro se encuentra en una elevación del cabo de Korifasio y desempeñó un papel importante a lo largo de varios episodios históricos relacionados con la región.  

Fueron los francos quienes comenzaron a construirlo en el siglo XIII, sobre las ruinas de una antigua fortificación, continuaron su construcción importantes ingenieros venecianos del siglo XV y lo completaron posteriormente los otomanos. Fueron estos últimos quienes en 1573, tras su derrota en la batalla de Lepanto, comenzaron a construir Niokastro, con el objetivo de controlar la entrada sur al golfo de Navarino. Desde entonces el castillo perdió la importancia que tuvo en siglos anteriores y comenzó a llamarse Paleokastro («viejo castillo»).  

Algunos hitos en su historia: 
Fue construido en 1278 por Nicolás II Saint Omer, barón de Tebas. En 1381 fue conquistado por la compañía navarra, que lo convirtió en su base. En 1423 fue comprado por los venecianos a fin de reforzar la protección del resto de construcciones en Mesenia. Sin embargo, no tuvo la suerte de otros castillos del Peloponeso que cayeron en manos de los turcos en 1460, sino que siguió siendo veneciano. En el 1500 el sultán Bayezit II arrasó Methoni y la destruyó. Tras esto, los defensores del castillo lo entregaron, a fin de no correr la misma suerte.

En 1668, el viajero turco Evliya Çelebi visitó la zona y llegó a contar 80 casas dentro de la fortaleza, una mezquita, cinco tiendas y un hamam.
En 1816 un viajero francés lo encontró prácticamente abandonado.

Tras el inicio de la guerra de independencia griega de 1821, Paleokastro y Niokastro fueron liberados. Sin embargo, Ibrahim cercó Paleokastro y, puesto que los griegos asediados no tenían otra opción ni suministros, tuvieron que entregarlo en abril de 1825.

En el otoño de 1827, durante la batalla naval de Navarino, desde allí, como también desde Niokastro, la flota turcoegipcia derribó con sus cañones los barcos de los aliados. Cuando las fuerzas de Ibrahim se marcharon en octubre de 1828, los griegos y franceses que entraron en el castillo lo encontraron en ruinas. 

Desde la ubicación donde se construyó Paleokastro se puede controlar la entrada norte al golfo de Navarino y su puerto. Por esta razón, está incluido entre los ocho más importantes del Peloponeso, según su ubicación estratégica.

Las sucesivas conquistas reflejan el conjunto de intervenciones realizadas a su forma y arquitectura iniciales. 

La planta era trapezoidal e incluía dos recintos amurallados divididos por un muro. Se cree que el recinto interior - reforzado con torres cuadradas y circulares y que cubría la zona más alta del segundo segmento de la fortaleza - se encontraba en los límites de la antigua acrópolis y del castillo franco del siglo XIII. El recinto exterior fue construido por los venecianos en el siglo XV y por los otomanos tras su conquista en el 1500. 

La entrada al castillo se realiza por la puerta - casi derribada - que cubría los arcos apuntados y protegía de los desprendimientos. Se encuentra en la zona sur del recinto y hasta allí llega el sendero que comienza en el extremo más al sur de la península de Korifasio. Las murallas y las torres se conservan en pie en muchos puntos. En el interior se encuentran las ruinas de los edificios públicos y privados, una iglesia católica y un depósito de agua subterráneo.

Bajo los muros del castillo se encuentra la llamada cueva de Néstor, que se cree que comunicaba con Paliokastro. Fue investigada inicialmente por Eric Sleeman en 1874.

(La información de los textos procede de kastra.eu) 

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