Aún se escuchan hoy en día palabras y expresiones de un dialecto griego antiquísimo que durante años expresó la alegría, la tristeza y las necesidades de la dura vida de los tsakonios.
«Me enorgullezco de que, a través de esta obra, preservo el conocimiento exacto de un dialecto griego antiguo que desde hace décadas sufre la influencia del griego moderno y que en pocas generaciones habrá perdido todos los rasgos de su descendencia tsakonia».
Con estas proféticas palabras, en 1923 el filólogo, lingüista y neohelenista Μichael Deffner, escribió el prólogo de su «Diccionario del dialecto Tsakonio», resultado de una investigación de cincuenta años en Tsakonia.
Aún se escuchan hoy en día palabras y expresiones de un dialecto griego antiquísimo que durante años expresó la alegría, la tristeza y las necesidades de la dura vida de los tsakonios. Los muros que alza el mismo Parnón para protegerlo conservaron hasta finales del siglo XIX casi intacto este tesoro lingüístico de una comunidad lingüística griega escasa pero cuyas raíces se pierden en los orígenes de la historia.
Los tsakonios continuaron habitando este lugar de forma continuada, como demuestran los monumentos dispersos de su pasado remoto.
Durante el segundo periodo otomano (1770-1821), Tsakonia fue especialmente importante. Prastós- antigua capital de Tsakonia - y Leonidio, tras la Guerra de Independencia, destacaron como centros armadores de vanguardia del Egeo occidental. Participaron en la creación de la marina mercante transatlántica más importante del siglo XIX y que sigue siéndolo a día de hoy.
Se abrieron al mar y al comercio con grandes ciudades de Europa, con la lengua de sus ancestros como centro de gravedad de su identidad nacional y cultural.
El dialecto tsakonio - y en esto hoy es unánime la ciencia de la Lingüística - supone la continuidad del antiguo dialecto lacónico que, por diversas razones, apenas sufrió la influencia de la koiné griega.
Tsakonia comprende la zona sureste de Cinuria, que se extiende desde las faldas orientales del Parnón hasta las costas del golfo Argólico. En concreto, sus límites se establecen entre el pequeño pueblo costero perteneciente a Ayios Andreas al noreste, y la ciudad de Leonidio, al sur.
Su región interior tiene como límite, al oeste, el pueblo de Kastánitsa (en tsakonio «Gasténitsa»). Junto a los pueblos de Tirós, Sapounakeika, Vaskina, Pera Melana, Pragmatefti, Livadi, Sambatiki, Fouska, Prastós y Sitena, conforman el conjunto de pueblos donde el dialecto tsakonio se ha hablado durante siglos.
Se trata de una región geográfica de unos 30-40 kilómetros de longitud y 20-25 kilómetros de ancho en la que se incluye la llanura de Prastós y Paleiochori y el valle de Leonidio (en tsakonio, «Agielidi»). Debe destacarse que existen dos pueblos donde no se habla tsakonio: Korakovouni al norte de Ayios Andreas, y Ayios Vasileios, a más altura que Pragmateftí en las laderas del Parnón.
Texto: Antonios G. Dikaios
La conmemoración tsakonia de Vaskina
Cada año, el último domingo del mes de agosto, muchas personas llegan al pueblo ganadero de Vaskina, cerca de Leonidio, para conmemorar a los habitantes de Vaskina caídos. Su particularidad reside en que la liturgia y el funeral conmemorativo son cantados en dialecto tsakonio por sacerdotes y salmistas. A continuación, se sirven «kolliva», comida y bebida. Este evento religioso se celebra alternativamente en los templos de la Virgen (Panayía) en Ano Vaskina y en el de San Jorge (Ayios Georgios) en Kato Vaskina. La conmemoración se celebró por primera vez en 1997.
Este evento religioso ha sido incluido desde 2018 en el catálogo del patrimonio inmaterial de la humanidad (UNESCO 2003) en Grecia.
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